Hoy en día, los clientes del sector hotelero español se inclinan por la búsqueda de experiencias innovadoras y personalizadas, con el objetivo de asegurar su relax, confort y bienestar durante sus vacaciones.

En ese sentido, el Petit Sant Miquel Hotel se ha convertido en una de las opciones preferidas para visitar el pueblo de Santanyí, en Mallorca, debido a que se trata de un lugar que prioriza la creación de espacios llenos de calma. La siguiente entrevista recoge el testimonio de José Miguel, quien, junto a su esposa Cati, decidió crear un espacio adecuado para recibir a los huéspedes de una manera más personal y acogedora de lo convencional.

¿De dónde nace la idea de abrir un hotel con un concepto tan diferenciado?

La idea Nace de una necesidad, diría yo. Mi madre decidió repartir su herencia, y a mí me tocó este inmueble, que era un inmueble prácticamente inservible y que se tenía que reformar. Llegamos a un acuerdo con el vecino de abajo para comprarle su vivienda, y así poder gestionarlo libremente, y al final teníamos 3 opciones: vender la totalidad del inmueble (opción fácil), reformarlo y hacer dos pisos y un local comercial (opción intermedia) o hacer el hotel (opción más arriesgada, pero más rentable si conseguíamos hacerla funcionar). Nos decidimos por la última, y creo que acertamos.

A pesar haberse inaugurado hace apenas 5 años, Petit Sant Miquel Hotel ha logrado posicionarse como una opción muy recomendada en la localidad de Santanyí. ¿Qué elementos creéis que os han permitido destacar de esta forma?

Nuestra ventaja es haber conseguido crear un espacio que puede estar abierto todo el año. La pandemia nos llegó cuando éramos relativamente jóvenes, lo cual nos preocupó muchísimo. Pero, al final, después de solo tres meses cerrados, volvimos a abrir y nos convertimos en un referente en la zona del sudeste de Mallorca, debido a que solo estábamos abiertos nosotros; mucha gente nos conoció y nos recomendó posteriormente.

Una de vuestras prioridades es crear un ambiente relajado solo para adultos. En ese sentido, ¿con qué servicios se pueden encontrar los huéspedes dentro de las instalaciones del hotel boutique?

Nuestro hotel, al ser un hotel de interior, debe potenciar los servicios para poder competir con los hoteles de costa, que tienen la ventaja de su situación geográfica. A pesar de solo estar a 3 kilómetros de varias calas, si queremos ser un hotel atractivo, debemos ofrecer la ventaja de estar en un tranquilo pueblo de Mallorca, con una agradable azotea con piscina y unas vistas espléndidas. También ofrecemos un bar de confianza, donde nuestros clientes toman lo que les apetece y lo apuntan ellos mismos, y un patio interior donde poder pasar un ratito tomando algo y escuchando los sonidos típicos del pueblo mallorquín.

¿Qué aspectos se tienen en cuenta para la creación y decoración de los espacios de relax, con el fin de lograr la satisfacción de los clientes?

Antes de empezar con ningún plano de construcción, contratamos un decorador, para salir de una idea base; queríamos tener un estilo mallorquín, pero modernizado y adaptado a la actualidad. Conseguimos crear un ambiente diferente para cada habitación, pero con un estilo conjuntado en todo el hotel, sin que ningún elemento desentonara en referencia a nuestro conjunto. Los clientes nos comunican que notan el amor que se ha puesto en la reforma y construcción de nuestro hotel boutique.

¿Cuál es la importancia que dais a la gastronomía?

Actualmente, en nuestro hotel, solo ofrecemos la opción de desayuno, puesto que no tenemos capacidad operativa para conseguir para dar un servicio de restauración completo, pero tenemos la suerte de tener una cantidad de restaurantes alrededor, en los que el cliente puede encontrar una oferta gastronómica realmente interesante. En lo que se refiere a nuestros desayunos, ofrecemos muchas variedades de desayuno continental, mediterráneo, americano, healthy, etc., o el buffet con todas las referencias posibles, pero siempre intentamos poner alguna sorpresa típica de la isla, en función de la época en que nos encontremos.

¿Qué recomendaciones haríais a quienes visiten por primera vez la zona de Santanyí?

En verano, que disfruten de las playas que tenemos. Por la mañana, con nuestros clientes, siempre tenemos ese momento de charla para intentar dar una ayuda en la programación de su día. Un consejo en función del tiempo meteorológico, o en función de la temporada, puede redondear el día de vacaciones, nos gusta ayudar a nuestros clientes en este aspecto. En invierno, también se pueden visitar infinidad de lugares, en los que disfrutar de la Mallorca vacía, sin saturación, y con el entorno mucho más verde que en verano.

Ahora que se acerca la temporada de fiestas, ¿prevéis un gran movimiento de reservas para acabar el año?

Por supuesto, muchos de nuestros clientes nos eligen a nosotros en estas fechas para pasar las fiestas con algún amigo que tenga una casa a nuestro alrededor. También tenemos otros clientes que vienen simplemente de vacaciones para disfrutar de la isla y olvidarse un poco de su día a día. Recomendamos realizar las reservas con antelación, ya que tenemos pocas habitaciones.

Las facilidades que brinda el Petit Sant Miquel Hotel representan una garantía para los turistas nacionales y extranjeros que visitan Santanyí en busca de un hotel de interior con instalaciones de calidad. Por otra parte, la ubicación estratégica del establecimiento permite acceder fácilmente a las playas cercanas, restaurantes y otros lugares para entretenimiento. 

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