El jamón ibérico de Enrique Tomás se ha convertido en un producto insignia de la gastronomía española debido a su exquisito sabor, textura y la tradición que lo rodea. Este delicioso manjar se elabora a partir de cerdos de raza ibérica criados en la península ibérica y curados durante un largo período de tiempo.

La combinación de su alimentación, basada en una dieta de pienso, hierbas y frutos, junto con las condiciones climáticas y la infiltración de la grasa en su carne, ha dado como resultado un producto verdaderamente único que se disfruta en todo el mundo. Su nombre ha trascendido las fronteras de España, convirtiéndose en un emblema de la excelencia culinaria del país, reconocido en todo el mundo.

Las cuatro variedades de paleta ibérica

A diferencia del jamón ibérico, que se obtiene de las patas traseras de los cerdos, la paleta o paletilla proviene de las patas delanteras, lo que resulta en una menor cantidad de carne, pero con un sabor exquisito e intenso. La elección entre uno y otro depende del gusto de cada persona y de la experiencia de degustación que buscan, ya que tanto el jamón como la paleta tienen sus propios atributos que pueden satisfacer diferentes preferencias culinarias.

Desde Enrique Tomás aseguran que, “el jamón y la paleta ibérica se distinguen por su tamaño, pero no por su calidad y sabor. Ninguna de ellas es superior a la otra, ya que lo que verdaderamente influye en su degustación es el gusto personal de cada individuo”.

Las variedades de paleta ibérica que Enrique Tomás distribuye incluyen el cebo ibérico, el cebo de campo 50 % ibérico, el de bellota 50 % ibérico y el de bellota 100 % ibérico, ofreciendo sabores únicos, como el suave, el aromático, el intenso y el sabroso.

Los procesos de crianza de paleta ibérica de la firma Enrique Tomás

Enrique Tomás, como compañía líder en la comercialización de jamón en España, está comprometido con los diferentes proveedores para asegurar la excelente calidad de su producto. Los procesos de selección y curación se realizan con el máximo rigor y cuidado para garantizar que cada pieza de jamón sea curada durante un periodo de entre 24 y 30 meses para ofrecer una experiencia de degustación excepcional. Al mismo tiempo, estos procesos también garantizan que todas las variedades disponibles en su catálogo sean completamente libres de gluten y lactosa, así como libres de alérgenos conocidos.

En lo que respecta a los procesos de curación del cerdo ibérico, la paleta experimenta un proceso ligeramente más corto debido a su menor tamaño y a la proximidad de la carne al hueso. Sin embargo, es importante resaltar que esta diferencia no implica en absoluto que la paleta tenga menos sabor; por el contrario, su curación más rápida contribuye a otorgarle un sabor más intenso.

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