Para disfrutar de una conducción segura y sin contratiempos, los neumáticos de un coche resultan cuatro piezas fundamentales. Cada vehículo tiene una caducidad de neumáticos específica, no solo por sus medidas, sino también por su estructura y por la tecnología de su diseño.

Para obtener un tiempo de vida útil más largo es necesario proporcionarles el mantenimiento adecuado. Esto significa vigilar de manera constante su presión de aire, mantenerlos libres de elementos extraños y rotarlos según el kilometraje recomendado por el fabricante. Un manejo seguro también implica saber cuándo cambiar los neumáticos del coche.

¿Cuándo es preciso cambiar los neumáticos de un coche?

No existe un valor exacto en términos de tiempo, fabricante, diseño o kilometraje para determinar cuando se deben sustituir los neumáticos del coche. El CEO de la empresa SF Motor, Isidro Hernández, comparte que algunas variables hacen difícil determinar para los conductores cuál es el momento adecuado.

Hernández explica que elementos como el tipo de uso, el clima, el estado de las carreteras que se transitan y la manera de conducir influyen. La caducidad de un neumático está determinada por factores externos que, dependiendo de su incidencia, determinan la longevidad de esta pieza del coche.

Los entes regulares no establecen un tiempo de caducidad obligatorio para estas piezas. La Organización Técnica Europea de Neumáticos y Llantas, ETRTO por sus siglas en inglés, no impone un tiempo de vida útil por fabricante. Argumenta que los factores que intervienen en la longevidad del neumático son difíciles de controlar y medir.

Recomendaciones sobre cuándo se deben cambiar los neumáticos

Hernández recomienda que a los 6 años los neumáticos sean revisados por un experto para que determine si pueden o no seguir rodando. Esa estimación también se puede basar en el kilometraje. La mayoría de las referencias tasan en 40.000 o 50.000 kilómetros la duración de los neumáticos de primera calidad.

Igualmente, el conductor debe estar atento a las señales de alarma que dan los neumáticos cuando necesitan cambiarse, como la pérdida constante de presión sin justificación o la banda de rodadura. Si está muy lisa con una profundidad de 1.6 milímetros es hora de comprar nuevos neumáticos.

Cuando los neumáticos han cumplido su vida útil comienzan a mostrar pequeñas grietas en sus caras laterales. Allí también se pueden presentar burbujas, deformaciones o perforaciones por objetos corto-punzantes que hacen necesaria la sustitución. En estos casos, lo más importante es el chequeo visual periódico de los neumáticos y permanecer atentos a cualquier ruido que pueda generar al conducir.

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